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martes, 5 de agosto de 2008

"El Poder de las palabras"


Una de las fuerzas más poderosas que existen son las palabras. No hay nada que supere a las palabras en su habilidad de crear en nosotros toda clase de emociones. Las palabras pueden hacernos creer algo que es totalmente falso...



Las palabras adecuadas, bien expresadas en el momento preciso por la persona correcta, pueden hacer que alguien se enamore de ti, o que esa misma persona empiece a odiarte. Las palabras adecuadas, expresadas en el momento conveniente, dichas a la persona correcta, pueden crear una fortuna para alguien. Las palabras permiten llegar a acuerdos, las palabras crean confianza.
Cuando insultamos a otro, y le provocamos enojo o tristeza, a veces pensamos que “son sólo palabras”.

El poder de las palabras nos ha permitido construir una sociedad donde tenemos que ser “políticamente correctos” al referirnos a alguien más. Hemos alcanzado un cierto nivel de respeto hacia los demás, gracias a las palabras.

Aunque a veces lo hemos llevado demasiado lejos, hasta lo ridículo, yo creo que las palabras son una valiosa herramienta que nos ha permitido desarrollar cierto grado de confianza, buena voluntad, tolerancia entre las personas y los pueblos.

Las batallas se libran no solamente en los campos de guerra, sino en nuestras casas, en los templos, y en las calles de nuestras ciudades. Cientos de personas mueren diariamente debido a la intolerancia y falta de respeto hacia las ideas de los demás, por no tener atención ni cortesía hacia otras personas. Y todo esto se manifiesta por las emociones negativas que nos empujan a pronunciar palabras que expresan odio, prejuicios e intolerancia. Ojo por ojo, diente por diente.
Pero lo peor es que la gente no entiende el enorme poder que tienen las palabras que nos decimos a nosotros mismos sobre nosotros mismos. Uno de los momentos cruciales en el desarrollo personal consiste en elevar el nivel de conversación que mantenemos con nosotros mismos en cada momento. No me refiero al tipo de pensamiento positivo del tipo “yo creo que sí puedo”, sino a toda clase de ideas que se nos ocurren y afectan la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Cuando llegamos a la edad adulta, ya nos hemos construido cientos de imágenes sobre nosotros mismos, Por ejemplo:

Soy una persona pasada de peso
Soy un fumador
Soy perfeccionista
Soy flaco
Soy chaparro(a)
Soy un empleado del gobierno
Soy guapa(o)
Soy una persona religiosa
Soy un buen amigo
Soy pobre
Soy muy enojón(a)
Soy un mal marido
Soy adicto al trabajo
Soy tímido(a)
Etc., etc.

Hay tantas posibles imágenes que podemos tener sobre nosotros mismos, que la lista es interminable. La auto-imagen es solamente uno de los muchos patrones mentales que adoptamos como propios para toda la vida. Es muy importante porque nos sirve como una guía que nos orienta y que nos permite crear normas, nos lleva a definir lo que hacemos y lo que no podemos hacer, nuestros sueños y nuestras limitaciones. Es como el volante de un auto, que nos permite mantener el vehículo en la carretera. No es el camino el que determina hacia dónde nos dirigimos, somos nosotros quienes conducimos nuestro destino. Nuestros padres no deciden nuestras acciones, ni el gobierno, ni nuestro jefe. Pero sí lo hace nuestra auto-imagen. Hacemos y decimos cosas de acuerdo con las definiciones que tenemos sobre nosotros mismos.

La auto-imagen de “soy un buen amigo” nos lleva a prestarle el automóvil al vecino, aunque no estamos seguros de que lo necesitaremos en ese momento. Pero la auto-imagen de “soy tímido” nos impide atrevernos a pedirle un favor a esa misma persona.

Si usamos las palabras adecuadas de manera correcta, podremos adoptar la auto-imagen que nosotros queramos, ya que la auto-imagen correcta nos permite hacer todo lo que queramos, pero la auto-imagen incorrecta (así no soy yo) puede lograr que la más simple de las tareas se vuelva completamente imposible. Por eso, resulta indispensable que estemos convencidos de que somos la clase de persona que necesitamos ser, para alcanzar nuestros objetivos en todos los aspectos de nuestra vida.

Desafortunadamente, estas son cosas para las cuales no han sido entrenados los padres ni los maestros para enseñarlas a los niños y a los estudiantes de todos los niveles escolares. Por eso la mayoría de los adultos no somos capaces de enfrentar adecuadamente las diversas situaciones de la vida, sin tener que recurrir a al alcohol, las drogas, la sobrealimentación u otras conductas adictivas. Por eso muy pocas personas alcanzan niveles de excelencia en todo lo que hacen, y por eso mismo rara vez en nuestra sociedad moderna las personas se sienten felices y satisfechas con su vida.


Si tú estas viviendo una vida acechada por el desorden, la ansiedad, el dolor, la depresión o el caos, es muy probable que tu auto-imagen no es la que debiera y pudiera ser. Pero eso es lo que nuestra mente nos repite una y otra vez, a todas horas del día. Nos dice lo debemos creer todo el tiempo, y también se los dice a todos los demás en nuestro entorno.

La buena noticia es que nosotros podemos cambiar nuestra auto-imagen si modificamos los mensajes que nos enviamos todo el tiempo, por otros más positivos y constructivos. No te conformes con una mala auto-imagen, tú no eres como te has dicho antes, tú puedes ser como quieres ser a partir de hoy mismo. Empieza a trabajar en ello de inmediato, para seguir avanzando en el camino de la felicidad.
César

César Hernández Espejo
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