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jueves, 20 de noviembre de 2008

Sueña...

PARA QUE NO DEJEMOS DE SOÑAR



Hagamos realidad nuestros sueños

La mayoría de las frustraciones del hombre provienen de su impotencia para concretar y hacer realidad sus sueños y esperanzas. A tal grado llega el asunto que hasta existen muchos que aconsejan ser prácticos y no vivir de sueños y fantasías. Pero la verdad es que esto se debe únicamente al desconocimiento de la naturaleza humana y de sus potenciales tan grandes, como nuestra mente ni siquiera es capaz de imaginarse.

Todo ser humano, no importa el color, credo ni condición económica, cuenta con un dispositivo que le permite hacer realidad todo lo que desee. Esta es nuestra herencia sagrada, algo que Dios depositó en cada uno, algo que nos hace ser auténticos hijos del Padre. Esta condición le permite cristalizar todas aquellas ideas que albergue en su interior, todos sus sueños más preciados. Especialmente aquellos sueños que se correspondan con sus diálogos interiores, especialmente aquellas ideas que además de mantenerse persistentemente en sus actividades diarias, se mantienen también en sus sueños, lo que vive, lo que siente y con aquello que asume como algo que tarde o temprano será manifestado en el mundo material, y mejor aún si lo asume como algo que ya existe.

Esto significa que si sueño ser médico, por todas las ventajas que ello represente, o porque simplemente me gusta. Pero al conversar conmigo mismo, pienso que es tan solo un sueño imposible y que por ser pobre jamás lograré llegar a ser médico, que al fin y al cabo por ser feo nací para ser desdichado. Le aseguro que ya activó el dispositivo, pero desgraciadamente para su perjuicio, porque jamás le será permitido ser médico. Porque Ud. mismo así se lo ha ordenado y por tanto todo en su entorno funcionará de tal manera que le resultará imposible lograrlo, para satisfacer sus deseos. Porque así se lo ordenó Ud. mismo cuando pensó que nunca lo lograría y hasta las demás personas perciben inconscientemente lo que Ud. desea y le ayudan a cumplir con su orden. No lo dude, nunca será médico.

Entonces el éxito está en lo que desee y sueñe, en primer lugar sea de beneficio preferiblemente para todos, para no violar las leyes universales y no acarrearnos karma. Nunca debe usarse este mecanismo para causar daño a otros, ni para interferir con el libre albedrío de los demás. Por ejemplo, interfiero en el libre albedrío de otro, cuando uso este conocimiento para lograr que la chica vecina llegue a ser mi esposa por todos los medios posibles, sin tomar en cuenta su derecho a ser feliz, ni su opinión.

Es segundo lugar, lo que deseo debe ser coherente con lo que converso conmigo mismo, debe mantenerse en correspondencia con lo que pienso a cada momento, con mis creencias más profundas, es decir, debo cuidar que lo que pienso a cada instante no sea diferente de aquello que deseo hacer realidad. Debo disciplinar mi mente a pensar en la misma dirección y si de repente me asalta la duda de que no puede lograrse, debo regresarla a la ruta establecida y debo insistir tantas veces como veces me sorprenda pensando de manera diferente a mi meta.

Si Ud. se encuentra desempleado puede usar este método para lograr un empleo digno y de acuerdo a sus capacidades, para ser razonable, o si está enfermo y quiere mejorar su salud. Entonces le aconsejo empezar por cambiar de actitud y de aspecto. Ha platicado Ud. con alguien que lleva varios meses buscando trabajo sin lograrlo. Se fijó la carita que puso cuando le contó su suerte y cómo se ha convencido que la sociedad es tramposa y sólo da empleo a los de un partido u otra condición que él nunca podrá tener, porque tiene mala suerte. Pues esto no es cierto, todo depende de la forma en que está manejando su potencial creador y si pudiéramos ver y escuchar las conversaciones consigo mismo, nos daríamos cuenta de que lo que piensa y cree de sí mismo es lo que está obteniendo y que su poder está cumpliendo con sus ideas, con su mandato. Le está obedeciendo, sólo que en este caso para su propia desgracia. Podríamos resumir que cada quien cosecha lo que siembra. Como dice un sabio, sembramos ideas y cosechamos experiencias. Obtenemos lo que nos merecemos.

Entonces, el siguiente paso es definir con exactitud lo que queremos: salud, empleo, prosperidad, éxito. Hay que escribirlo con todos los detalles y pormenores. Si es un empleo, pinte un cuadro como quien está enfocando una cámara para tomar una foto. Defina bien su deseo, con todos sus detalles, véase recibiendo su primer pago. Véalo, vívalo, siéntalo, respírelo, hágalo suyo, déle vida a su sueño. Siéntase en el ambiente de trabajo deseado, con todos los pormenores de ese trabajo, en la compañía de personas agradables, en fin todo, lo que tiene su deseo. Para que su subconsciente lo programe, pues su subconsciente no está preparado para diferenciar entre lo real y lo imaginario. El solo cuenta con un inmenso poder para manifestar en el mundo material su sueño, para cumplir con sus órdenes.

Ahora prográmese unos quince minutos diarios en un lugar tranquilo, donde nadie lo interrumpa, sentado cómodamente, relajado y enfoque su deseo y vívalo, siéntalo como que ya existe, pues insistiendo será realidad. Vea todos los detalles, colores y personas o cosas que lo rodean y sienta la inmensa satisfacción que provoca el contar con su deseo hecho realidad. Extasíese en su deseo ya cumplido, vívalo. Aquí está el secreto. Una vez terminado su ejercicio diario, cuide sus conversaciones interiores, vele que sean coherentes con su deseo y por nada del mundo acepte ideas que le hagan sentir que es Ud. un desgraciado, que tiene mala suerte y que nunca logrará su sueño.

Cuide lo que piensa a cada momento, mientras conversa con otros, cuide que sus expresiones, que al fin son reflejo de lo que piensa, no se contradigan con su sueño y no acepte que otros influyan en su forma de pensar, ya establecida la meta que Ud. se ha fijado. Ahora depende de Ud. y tan solo Ud. obtener lo que se proponga. Ya no tendrá que vivir culpando a otros de su suerte y podrá empezar a ver la vida con nuevos ojos y darse cuenta que todo gran cambio debe empezar por nosotros mismos. Pero recuerde que lleva muchos años pensando de la forma que lo hace, no quiera que con un día pensando diferente, ya sea realidad su deseo, tenga paciencia, mientras acostumbra a todo su sistema mental, emocional y nervioso al cambio, a su nueva actitud ante la vida. El éxito es suyo, tiene derecho a ser feliz, nacimos para triunfar. Adelante.

Armando García U.

Fuente:
http://archivo.elnuevodiario.com.ni/1999/abril/21-abril-1999/variedades/variedades5.html


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